“Reciban el Escapulario para revestirse del amor de Cristo”.

Miércoles 09 de Noviembre, 2022

Ese fue el llamado que hizo el Nuncio Apostólico, monseñor Alberto Ortega, a las nuevas camareras que se incorporaron, en una emotiva ceremonia en la parroquia El Sagrario, a la Cofradía Nacional del Carmen, en el día que la Iglesia celebra la dedicación a la basílica de San Juan de Letrán.

En el inicio del mes de María, 29 nuevas camareras se incorporaron como servidoras de la Santísima Virgen María a la Cofradía Nacional del Carmen. La ceremonia fue presidida por el Nuncio Apostólico, monseñor Alberto Ortega, y concelebrada por el padre Juan de la Cruz Suárez, hermano mayor de la Cofradía. 

Con la parroquia El Sagrario repleta de fieles, que acompañaron esta emotiva celebración, monseñor Ortega hizo un llamado a los presentes a ser “templo de Dios y de piedras vivas, y desde ahí, como portadores de Cristo, debemos salir a entregarlo”, enfatizó.

A las nuevas camareras las instó a “recibir el Escapulario para revestirse del amor de Cristo y  para que su vida y presencia se manifieste a los demás”.

El Nuncio destacó que “estamos llamados a llevar la presencia de Jesús a nuestro entorno y es lo que se nos encomienda, en el trabajo, en la familia, y tal cual somos, siempre debemos ser presencia viva de El”.

Agregó en su homilía, que “para vivir esa vocación nuestro referente es Maria, quien acogió la voluntad de Dios como nadie, con disponibilidad total para darnos a Cristo”. En tal sentido instó a los fieles a dedicarse a preparar su devoción, empeñarse en rezar el rosario, llevar el escapulario, que es signo sencillo, pero que muestra la presencia y grandeza de Cristo”.  

Finalmente destacó la “vocación preciosa de las camareras, signo de consagración a la Virgen reafirmando el querer ser como Maria, instándolas a difundir el amor por Ella y ponerse en actitud de servicio”. “Esta cofradía  tiene esa misión tan bonita de extender la devoción a la Reina, Madre y Patrona de Chile”. Finalmente, hizo un llamado a las camareras a  “Renovar la vocación y deseo de imitar a la Virgen siempre revestidos de Cristo”.